Inclusión financiera: Cada día hay más mujeres y jóvenes usando tarjetas de crédito

Las tarjetas de crédito son importantes para la inclusión de más mujeres y jóvenes al sistema financiero porque les permite acceder a financiamiento con mayor rapidez, seguridad y facilidad, pues es una línea crediticia disponible las 24 horas del día, los 365 días del año.

El financiamiento a través de tarjetas de crédito aumentó en Ecuador en 2022, debido a los consumos realizados principalmente, por parte de jóvenes menores de 25 años y por mujeres. A través de estas tarjetas, dichos segmentos poblacionales iniciaron su historial crediticio en el sistema financiero formal.

La nueva publicación de la Asobanca y Aval Buró denominada “ABC de las Tarjetas de Crédito” (marzo, 2023), señala que en 2022 se concedieron USD 18.639 millones en nuevos créditos a través de las tarjetas de crédito. Estos consumos fueron realizados por 2.037.690 tarjetahabientes (personas y empresas) a través de 90,3 millones de operaciones.

 

El reporte señala que las mujeres registran un mayor crecimiento en el acceso y uso de tarjetas de crédito, que los hombres. Por ejemplo, en el número de operaciones, en el aumento de plásticos activos, y en los consumos realizados.

Del total de personas (2.006.887) que usan tarjetas de crédito a 2022, el 53% (1.065.436) son hombres y el 47% son mujeres, o el equivalente a 941.451 tarjetahabientes. Sin embargo, hay mayor inclusión financiera de las mujeres, pues, ellas registran un crecimiento del 11,3% entre 2021 y 2022, mientras que los tarjetahabientes hombres solo crecen a un ritmo del 7,1%. Es decir, una diferencia de 4,2 puntos porcentuales.

Asimismo, del 100% de operaciones con tarjetas de crédito realizadas por personas, el 53% corresponden a hombres mientras que el 47%, a mujeres. Pero, el crecimiento anual de operaciones por parte de las mujeres fue de 11%, 3,5 puntos porcentuales más que los hombres (7,5%).

Y, así, las mujeres registran ratios de crecimiento anuales superiores a los hombres, como lo refleja el siguiente gráfico:

 

El estudio “Removiendo las barreras de la inclusión financiera de las mujeres y otros grupos poblacionales en América Latina y el Caribe”, del Programa de las Naciones Unidas Para El Desarrollo (PNUD), señala que el uso de tarjetas bancarias para el pago de las transferencias ha probado ser una medida que acarrea resultados rápidos y masivos de acceso financiero y ha contribuido a cerrar brechas, en particular de género y de nivel de ingresos.

Sin embargo, el estudio del PNUD considera que se necesitan implementar estrategias complementarias e integrales para ampliar el uso de esas tarjetas más allá de los retiros y abriendo la posibilidad de depósitos, créditos y seguros.

El acceso y uso de servicios y productos como tarjetas de crédito apuntan a ampliar el bienestar financiero de todos los ecuatorianos. El Consumer Financial Protection Bureau (CFPB) define al bienestar financiero como “el estado en el cual una persona puede satisfacer plenamente sus obligaciones financieras actuales y en curso, puede sentirse segura de su futuro financiero y es capaz de tomar decisiones que le permitan disfrutar de la vida”.

 

Crear un entorno financiero para las mujeres

Las tarjetas de crédito es uno de los productos que apuntan a crear un entorno financiero a favor de las mujeres.

El estudio del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) denominado “Capacidades financieras de las mujeres”, señala que, para acortar las brechas de género en Ecuador, “es necesario generar un entorno financiero propicio en el que las mujeres confíen y se sientan seguras de comunicar sus necesidades, y para ello es importante potenciar la educación financiera, fortalecer las habilidades y capacidades de ellas, y crear productos financieros y no financieros con perspectiva de género que refuercen los negocios de las mujeres”.

Aquí, en Ecuador, varias entidades financieras tienen productos específicos para mujeres, dependiendo de su perfil y sus retos. Otra acción importante -hacia un entorno financiero adecuado para las mujeres- es el desarrollo de estrategias de educación financiera, por ejemplo, en la creación de campañas de capacitación y de entrenamiento para la independencia y crecimiento económico de ellas.

Y, la tarjeta de crédito es un mecanismo para lograr independencia y crecimiento económico de las mujeres, pues les permite establecer un historial crediticio positivo, lo que les ayudará a acceder a préstamos o créditos de mayores montos en el futuro, así como el resto de los productos y servicios financieros.

Estas acciones y estrategias de educación financiera buscan, además, impulsar la erradicación de la violencia económica y patrimonial que, pese a los avances, todavía viven muchas mujeres de Ecuador y el mundo.

 

Tarjetas de crédito: Nuevos clientes y jóvenes

La publicación ABC de las Tarjetas de Crédito señala que 55.517 clientes accedieron por primera vez al sistema formal a través de una tarjeta de crédito en 2022. Ellos realizaron 202.683 operaciones con sus tarjetas por un monto de USD 47,5 millones, es decir, con consumos realizados -en promedio de USD 234.

Del total de nuevos clientes, el 51,5% de los usuarios que acceden por primera vez son jóvenes menores a 25 años. El 37,5%, en cambio, son tarjetahabientes que tienen edades que van desde los 26 a 45 años. Finalmente, el 11% de los tarjetahabientes superan los 46 años.

 

Asimismo, de estos nuevos clientes que ingresan al sistema formal a través de una tarjeta de crédito, el 50,3% son mujeres, lo que evidencia que ellas y los jóvenes, en general, tienen una mayor adaptación a la hora de usar los nuevos medios de pago.

Marco Rodríguez, Presidente Ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), dijo “las tarjetas de crédito son productos de rápido y fácil acceso, pues permiten acceder a crédito para realizar compras que pueden pagarse posteriormente.”

 

El presidente de Asobanca señaló que, para ampliar el acceso al uso de tarjetas de crédito, el país requiere mejorar las políticas públicas para que se facilite el acceso a financiamiento. Entre esas políticas que distorsionan el sistema financiero en Ecuador están los techos a las tasas de interés, que impiden que estas se ajusten al riesgo de cada cliente, y más recientemente a las condiciones del mercado mundial, ocasionando que menos personas accedan a créditos.

La normativa local de techos a tasas de interés, choca con la actual coyuntura internacional, que ha elevado los costos de financiamiento para bancos y empresas ecuatorianas. Por eso, ambas situaciones son incompatibles, lo cual se vuelve una amenaza para el ritmo de crecimiento del crédito y la inclusión financiera.