Adoptar un estilo de vida en el que las actividades diarias generen el menor impacto posible en el medio ambiente es algo que cada día se vuelve más necesario. De la misma manera ocurre en el sector productivo, en donde empresarios y emprendedores tratan de transformar o crear modelos de negocios en los que sus actividades generen el menor impacto al medio ambiente o que, directamente, contribuyan a reducir emisiones y otros problemas que aquejan al medio ambiente. El crédito verde es un instrumento clave en la lucha de los países contra el avance del cambio climático.
La banca privada ecuatoriana está en sintonía con estos cambios y se esfuerza por estar conectada con las necesidades e intereses de sus clientes y con la ciudadanía en general. De ahí que los bancos han venido trabajando desde hace ya varios años con organismos multilaterales y otras organizaciones internacionales como BID Invest, DFC, FMO, IFC y FinDev Canadá, para conseguir fondos del exterior para destinarlos al crédito verde.
Según los últimos datos de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) en 2020 y 2021 la banca privada obtuvo USD 882 millones para destinarlos al crédito sostenible, y de ese monto, una buena parte se ha destinado a los créditos verdes.
¿En qué áreas se está desarrollando el crecimiento del crédito verde en el país? Estas son algunas de las áreas en las que la banca privada del país está aportando con crédito verde y contribuyendo así en la lucha contra el cambio climático:
Energía y agua
El ahorro de agua y la generación eficiente de energía son claves en la lucha por el medio ambiente. Los bancos son conscientes de ello, por esta razón, las instituciones tienen a disposición de empresarios, emprendedores y ciudadanía, líneas de crédito para financiar proyectos como: compra de equipos de alta eficiencia energética y de generación alternativa de electricidad; sistemas de energía renovable, proyectos para cambios de sistemas de iluminación, entre otros.
En lo relacionado a manejo de agua, el financiamiento también apoya a iniciativas que busquen la optimización en la utilización de agua en sistemas de riego, recirculación de agua, tratamiento de agua, entre otros.
Sector productivo
Para el sector productivo, las instituciones bancarias ofrecen créditos para financiar capital de trabajo y activos para negocios que incorporen prácticas sostenibles en su día a día.
La banca, además, ofrece financiamiento para empresas enfocadas en la actividad del reciclaje, para la agricultura orgánica con prácticas sostenibles y para construcción de viviendas sostenibles.
Movilidad
Los medios de transporte que usan combustibles fósiles contribuyen a generar un mayor impacto ambiental en el planeta. De ahí que los bancos ofrecen créditos para financiar flotas de vehículos más modernos, con menores emisiones, o sin emisiones completamente, para ser usados en actividades productivas y en empresas.
También existen instituciones bancarias que ofrecen créditos para financiar vehículos eléctricos e híbridos, para el uso de personas naturales.
La banca ecuatoriana, comprometida con la sostenibilidad
El trabajo en beneficio del medio ambiente se apalanca en una estrategia que los bancos impulsan desde 2016, cuando Asobanca firmó el Protocolo de Finanzas Sostenibles y conformó el Comité de Finanzas Sostenibles de Ecuador. Este espacio liderado por Asobanca, tiene una instancia de coordinación interna con los bancos miembros y una instancia ampliada para trabajar con todos los actores de interés de todo el sistema financiero, incluida la banca pública y de desarrollo, los reguladores, la academia y los proveedores de servicios.
Tras cinco años de la firma del primer Protocolo de Finanzas Sostenibles, los 15 bancos miembros de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador suscribieron un acta para renovar su compromiso con las finanzas sostenibles en noviembre de 2021. “Hablar de sostenibilidad es también hablar de competitividad y para la banca ecuatoriana estos son temas sumamente importantes, porque no solo impactan a las instituciones, sino también a los clientes, a la gente y al desarrollo de toda la sociedad”, dijo David Grey, Presidente del Comité de Finanzas Sostenibles de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador.
Artículo publicado el 22 de diciembre de 2021 en Diario El Universo
La demanda de créditos verdes mantiene un crecimiento sostenido a escala nacional. En el país, de acuerdo con la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), son cuatro las entidades que tienen dentro de su portafolio el financiamiento verde: ProCredit, Produbanco, Pichincha y Bolivariano.
Los bancos que otorgan este tipo de financiamiento aseguran que, en lo que va del 2021, se registra una fuerte inclinación por parte de los clientes hacia la inversión verde y sostenible, aun en un escenario en el que la pandemia por el COVID-19 continúa.
El crecimiento registrado se refleja en el número de operaciones crediticias que han crecido entre uno y dos dígitos. Por ejemplo, Banco Pichincha pasó de 547 operaciones en 2019 a 4.551 hasta octubre de este año. ProCredit llegó a más de 300 créditos otorgados en lo que va del 2021, el doble de lo registrado en 2019.
El analista económico y catedrático Guillermo Granja afirma que este comportamiento al alza se da, en parte, porque cada vez son más las empresas y personas que están comprometidas con la conservación del medioambiente. Para Granja, existe una corriente marcada de personas que apuntan a proteger el planeta, lo que impulsa la dinamización de este segmento de crédito.
Según David Grey, presidente del Comité de Finanzas Sostenibles de Asobanca, si bien desde 2012 ya se comenzaron a registrar productos especializados de crédito verde en el país, no fue sino hasta 2020 cuando el Comité de Finanzas Sostenibles realizó el registro de los montos colocados bajo esta etiqueta conocida como “créditos verdes”.
El gremio destaca que, en el último lustro, con la firma del Protocolo de Finanzas Sostenibles se ha dado paso a que los bancos privados desarrollen cada vez más productos verdes.
Un punto a considerar, dice Grey, es que el financiamiento sostenible no solo incluye el crédito verde. Más bien abre un paraguas de productos destinados a mitigar el impacto social, con líneas para financiar microempresas, sectores vulnerables, negocios liderados por mujeres, entre otros.
Destino de los créditos
Los créditos verdes están destinados tanto a empresas como a personas naturales. De acuerdo con Asobanca, los recursos que otorgan los bancos se canalizan para proyectos de eficiencia energética, tecnologías eficientes, cambios de maquinaria e infraestructura, créditos verdes para pymes, para vehículos amigables con el ambiente, entre otros.
ProCredit explicó que, en el caso de las personas naturales, las líneas están destinadas a inversiones en viviendas sostenibles, energía renovable o en autos eléctricos. En el caso de las empresas, en cambio, el enfoque principal es en la maquinaria con alta eficiencia, uso eficiente de otros recursos, economía circular, reciclaje o gestión de residuos y el uso de energías limpias, detalló Katarina Zdraljevic, jefa de la Unidad de Gestión Ambiental de la entidad.
Hasta noviembre de 2021, la entidad ha desembolsado cerca $ 42 millones en créditos verdes.
En Banco Pichincha se apuesta por financiar rubros como el de la agricultura sostenible a través de sus Biocréditos. Desde 2019 hasta octubre del 2021, por ejemplo, este segmento ha concentrado al menos la mitad de todos los recursos verdes colocados.
En los diez primeros meses de 2021, la entidad otorgó $ 105 millones para financiar proyectos de agricultura sostenible, unos $ 44 millones más que en 2020. A este segmento le siguen construcción y vivienda sostenible y transportación, destaca Ignacio Maldonado, vicepresidente ejecutivo de Negocios de Banco Pichincha.
Produbanco, en cambio, registra desde 2016 hasta el cierre de noviembre de 2021 que se han generado 429 operaciones de crédito por $ 293 millones dentro del programa Líneas Verdes.
La mayor parte de estos recursos ha sido destinada al desarrollo sostenible de agricultura (34 %), acuacultura (30 %) y manufactura (24 %), principalmente enfocado al desarrollo de procesos productivos eficientes.
José Ricaurte, vicepresidente de Banca Minorista de Produbanco, dijo, además, que los beneficiarios de los créditos pueden trabajar directamente con consultores especializados en materia de sostenibilidad de cara a la mejora de sus procesos productivos.
Asobanca registra que los bancos privados colocaron $ 215 millones en créditos verdes durante 2020.
Principales hitos de la agenda de financiamiento sostenible
2016: Firma del Protocolo de Finanzas Sostenibles para comenzar a construir una estrategia de finanzas sostenibles para el sector.
2017: Creación del Comité de Finanzas Sostenibles, impulsado por la Asociación de los Bancos Privados, con la participación de doce bancos privados.
2019: Firma de nueve bancos, en bloque, del acuerdo de Principios de Banca Responsable impulsado por la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente UNEP FI (Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Primera emisión de bonos verdes por parte de Banco Pichincha. Se emitieron bonos por $ 150 millones.
2020: Comienza el desarrollo de doce guías sectoriales para mitigar el impacto ambiental en el crédito productivo. Bancos privados reciben $ 560 millones de DFC, BID Invest, IFC, FMO dirigidos a esfuerzos de sostenibilidad.
2021: Asobanca, junto con BID Invest y FMO, inician el desarrollo de 22 guías sectoriales adicionales, cuyo trabajo culminará en 2022.
Bancos privados recibieron hasta septiembre $ 322 millones de BID Invest, DFC y FinDev Canadá, dirigidos a esfuerzos de sostenibilidad.
Quince bancos privados firman una nueva acta para renovar su compromiso con el Protocolo de Finanzas Sostenibles.
Asobanca presenta las primeras doce guías sectoriales, elaboradas en alianza con el eco.business Fund, un fondo de impacto para América Latina y el Caribe, para delinear y fortalecer los procesos de calificación de crédito productivo que realizan los bancos, para así mitigar el riesgo ambiental y social al otorgarlos.
La banca ecuatoriana está en sintonía con la urgencia de mitigar el cambio climático y por ello el sector comenzó a trazar su mapa de trabajo en sostenibilidad hace ya cinco años.
¿Qué han hecho los bancos privados?
Corría diciembre de 2016 cuando la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) firmó en las Islas Galápagos el Protocolo de Finanzas Sostenibles para comenzar a construir una estrategia de finanzas sostenibles para el sector. Al 2021 el sector bancario del Ecuador puede mostrar ya un camino recorrido con varias metas alcanzadas; una de las más importantes ha sido la firma en bloque del acuerdo de Principios de Banca Responsable, impulsado por la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente UNEP FI. Otro hito se marcó en 2019, cuando el sistema bancario del Ecuador fue el primero en el mundo en realizar una firma de adhesión a estos principios de manera conjunta. Con nueve bancos firmantes, Ecuador es además el país con la mayor cantidad de bancos privados adheridos a este acuerdo.
Esta infografía recoge los más importantes hitos de la banca privada del país hacia la sostenibilidad