La banca ecuatoriana ha sido uno de los sectores con mayores crecimientos en digitalización. De hecho, en Ecuador, cerca del 90% de los servicios bancarios están disponibles vía digital, a través de páginas web, las aplicaciones para el celular; los asistentes virtuales tipo chatbots; los sistemas de pago sin contacto, los tokens de acceso, los sistemas de doble verificación, los “wearables”, entre otros servicios más.
El incremento de los canales digitales y la adaptación de los modelos de negocios bancarios a la digitalización está acompañado de fuertes esquemas de seguridad, con la finalidad de reducir las diferentes modalidades de ciberataques al sector y, por supuesto a sus clientes.
Los bancos ecuatorianos están respondiendo al reto de la digitalización y la ciberseguridad. Precisamente, el sector bancario privado es uno de los más regulados y controlados en el país, y en este escenario, actúa siempre apegado a todas las disposiciones en el ámbito de la ciberseguridad que le corresponden y también cumple los más altos estándares que aplica la industria a nivel mundial.
Un ejemplo es la Norma de Riesgo Operativo expedida por la Superintendencia de Bancos, que les permite a los bancos adecuar sus actividades para afrontar los diferentes riesgos que se presentan, como la vulneración de la seguridad de la información bancaria.
Los bancos cumplen e incluso superan esta y otras normativas y de esa forma, ante eventuales ciberataques, actúan por medio de robustos protocolos de seguridad, que buscan en última instancia evitar un impacto en la actividad financiera de sus clientes.
Los bancos privados realizan importantes inversiones en el desarrollo de tecnologías para blindar y fortalecer la seguridad en los servicios que ofrecen a los clientes. Los presupuestos asignados se destinan, entre otros, al refuerzo y protección de las plataformas y medios digitales; en recursos humanos; en servicios tecnológicos y a la vez en la generación de capacidades.
Las inversiones han permitido que las entidades bancarias desarrollen innovadores servicios y canales digitales que permiten a la par mejorar la experiencia de los clientes y, contar con estrategias de gestión, de respuesta y de recuperación ante incidentes de seguridad digital.
El incremento de la digitalización en la banca planteó desafíos importantes, como el aumento de amenazas y ataques de ciberdelincuentes, algo que no solo ha ocurrido en Ecuador, sino en todo el mundo. Los ataques, además, no solo apuntan a clientes del sistema financiero, sino también a los usuarios de otros sectores que usan servicios en la web.
Una muestra de ello es el informe Brand Phishing Report de Check Point Research (octubre, 2022), en donde también se muestran las marcas que fueron atacadas por los ciberdelincuentes en sus intentos por robar información personal o credenciales de pago de las personas entre julio y septiembre de 2022.
La empresa más atacada durante el tercer trimestre de 2022 fue DHL, representando el 22% de todos los intentos de phishing en todo el mundo. La empresa tecnológica Microsoft ocupa el segundo lugar, con el 16% de timos y LinkedIn está en tercer puesto, con el 11% de los ataques, frente al 52% del primer trimestre y el 45% del segundo trimestre de este año.
Ciberdelitos en Ecuador
Según cifras de la Policía Nacional, los delitos cibernéticos en Ecuador, a partir de la pandemia, han aumentado debido al aceleramiento de la transformación digital. En 2020, la institución atendió 682 pedidos de investigación. En 2021 fueron 1.851 procesos y en 2022, la Unidad de Ciberdelitos de la Policía ha recibido 1.400 pedidos de investigación. El delito que más es el de la apropiación fraudulenta por dispositivos electrónicos.
Uno de los mecanismos más usados para cometer los ciberdelitos, según la Policía, es el ‘phishing’, que consiste en engañar a las personas para que compartan información personal como contraseñas y número de tarjetas de crédito.
«Por lo general, los supuestos mensajes de entidades bancarias que envían los ciberdelincuentes tienen un carácter de urgente y son remitidos desde páginas fraudulentas. Si una persona recibe un mail así, alerte a la Fiscalía y al banco “, alertó Gonzalo García, jefe de la Unidad de Ciberdelitos de la Policía Nacional.
Precisamente, reportes de prensa internacional señalan que los eventos de phishing, de ingeniería social, y de software espía (malware o troyanos) son los más frecuentes contra los usuarios de los servicios financieros.
Por eso, además de fortalecer sus propios sistemas, los bancos privados y la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), impulsan campañas de educación financiera para que sus clientes implementen medidas de ciberseguridad a la hora de realizar una transacción bancaria.
Incluso, se ha coordinado con la Policía Nacional del Ecuador, el impulso de campañas de comunicación conjuntas dirigidas a la ciudadanía para que no sean presa fácil de los ciberdelincuentes en fraudes u otra modalidad de delitos virtuales que se han incrementado tras la pandemia.
Usar los canales digitales de los bancos siempre es más seguro ya que evitas hacer transacciones en efectivo, pero si necesitas sacar una alta cantidad de dinero recuerda que puedes solicitar asistencia gratuita a la Policía Nacional mediante el ECU 911 pic.twitter.com/C6QCKPsn8i
Entre las principales recomendaciones a la ciudadanía está el no compartir información personal a través de sus redes o medios digitales, que se mantengan atentos ante los ataques de delincuentes informáticos a través de correos electrónicos fraudulentos, y que implementen protocolos específicos ante un ciberataque, entre otras.
La educación financiera junto con la educación en temas digitales son pilares fundamentales que ayudan a los usuarios a aprovechar de mejor manera los beneficios que brindan las herramientas tecnológicas, y esta es una tarea de muchos actores.
Banca digital
El enfoque en la innovación y digitalización de los productos y servicios financieros ocurre a la par del fortalecimiento de las medidas de ciberseguridad, que son prioridades para los bancos privados del Ecuador. Las instituciones financieras han hecho importantes inversiones los últimos 20 años para consolidar su liderazgo en este aspecto.
El resultado de este enfoque quedó demostrado en 2020, cuando por las restricciones y confinamientos para enfrentar el COVID-19, de la noche a la mañana, los sistemas operativos de los bancos recibieron sin problemas tanto a antiguos y nuevos clientes, con un alto incremento de transacciones digitales, lo que permitió a todos los ecuatorianos mantener sus actividades productivas.
Según el estudio El Avance de la Banca Digital en Ecuador (Asobanca, Julio 2022), el número de personas que usaron los canales digitales (plataformas web y aplicaciones celulares) para realizar transacciones bancarias pasó de 1,2 millones a 4,3 millones de personas entre 2019 y 2021, lo que representa un aumento de 261% (3,1 millones) en ese periodo de tiempo.
El canal que ganó más participación tras la pandemia es el móvil (digital) pasando de 4,6% (23 millones) a 24,9% (173 millones de transacciones). Por otro lado, el canal que perdió mayor participación frente a 2019 fue el físico de ventanillas (10,2 puntos porcentuales). De esta manera, se observa la mayor participación de los canales digitales debido a la comodidad, seguridad y servicios complementarios que ofrecen (ahorros, pagos, consultas, etc.), a diferencia de los canales físicos, los cuales según la evidencia implican costos de movilización y transporte (Kantar, 2022).
Según el estudio de Asobanca, el canal móvil, mediante el cual se realizan transacciones a través de aplicaciones que los bancos proveen vía celular, tiene 4,3 millones de usuarios, lo que representa un aumento de 261% (3,1 millones) durante 2019 a 2021. Por el móvil se transaccionaron USD 30.758 millones en 2021.
Las cifras muestran la priorización y el enfoque que los bancos de Ecuador han dado al ampliar estos canales digitales porque brindan más seguridad, comodidad, agilidad y mayores facilidades en la experiencia bancaria a los clientes, además de que propicia una mayor inclusión financiera, aunque a la vez, se convierte en un reto importante para proteger de los ciberdelincuentes.
Además de los beneficios para los clientes, el desarrollo de plataformas digitales evita la circulación de dinero en efectivo, el mismo que además de los retos de seguridad, tiene un costo logístico elevado para el Banco Central del Ecuador (BCE) y, por ende, para el país.
Un mayor uso de transacciones digitales combate actos delincuenciales. Al respecto, las entidades bancarias han desarrollado programas y estrategias de educación financiera que hacen énfasis en impulsar y usar apropiadamente las herramientas digitales en el sector bancario y de esa forma reducir el uso de efectivo.
Consejos para evitar ser víctima de los ciberdelincuentes
Estos son algunos de los consejos básicos de ciberseguridad para evitar problemas:
Ser cautos en el uso de sus claves y usuarios de canales digitales. Por ejemplo, los dispositivos y aplicaciones móviles deben tener su contraseña propia y cada tres meses debe ser renovada. Las claves son personales e intransferibles y no deben ser guardadas en las redes sociales ni en el blog de notas.
Instalar un antivirus con licencia en los equipos con los que se realizan las operaciones bancarias. También existen antivirus para celulares.
En el caso de cambio de equipos móviles de comunicación (celulares) o correos electrónicos, debe informarse inmediatamente a la institución bancaria pues regularmente son estos los mecanismos los que se usan para recibir notificaciones sobre operaciones o claves.
La persona debe alertar a las operadoras telefónicas en el caso de que su teléfono pierde señal de forma constante. Esa es una alerta de un posible robo de datos personales.
No responder correos electrónicos o comunicaciones en general en donde le soliciten información de tipo personal y claves.
Los bancos no solicitan, por ningún medio como correo electrónico, página web o teléfono, la actualización de tus datos de contacto o financieros, tales como correo electrónico, contraseñas o información de tus cuentas.
El usuario de la banca web debe alertar a su banco y a la Fiscalía cuando reciba un correo electrónico en donde se indica que algo sucederá si no realiza una acción inmediata. Es muy probable que, si accede a los enlaces del correo, le llevarán a páginas falsas donde solicitan sus credenciales o información confidencial como números de tarjetas y contraseñas.
Considerar como señal de alerta los correos y páginas web escritos con faltas de ortografía o errores de sintaxis en las frases.
Descargar las aplicaciones de las tiendas móviles oficiales o de las páginas de los bancos.
No usar cualquier computadora, especialmente las de cybers, para realizar transacciones en la banca web, debido a que no tiene protección.
No conectarse a través de las redes de internet públicas, como las disponibles en parques y avenidas, para realizar transacciones bancarias. Estas redes no están protegidas.
Se recomienda a la ciudadanía evitar lugares y situaciones peligrosas, con el fin de evitar ser víctima de robos.
La pandemia de la COVID-19 provocó, entre otras cosas, un retroceso de 10 años en los niveles de participación laboral de las mujeres en América Latina, de 12 años en la pobreza y de 20 años en la pobreza extrema (CEPAL, 2022), sin embargo, no todo fue negativo.
En otro ámbito, la pandemia se convirtió en el catalizador de una mayor inclusión financiera porque impulsó las transacciones digitales y la expansión de los servicios financieros formales a nivel global. Y, Ecuador no fue la excepción.
La inclusión financiera hace referencia al acceso a servicios financieros formales, como el crédito, el ahorro, los seguros y los servicios de pago y transferencias formales, y su uso por parte de hogares y empresas, bajo el marco de estabilidad financiera para el sistema y los usuarios, señala el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, por sus siglas en inglés) señala que la inclusión financiera está atada, además, a la calidad de los productos y servicios. Para la OECD, el proceso de promoción de un acceso asequible, oportuno y adecuado a una amplia gama de servicios y productos financieros regulados y la ampliación de su uso hacia todos los segmentos de la sociedad mediante la aplicación de enfoques innovadores hechos a la medida, incluyendo actividades de sensibilización y educación financiera con el objetivo de promover tanto el bienestar financiero como la inclusión económica y social.
Los bancos privados del país trabajan desde hace varios años en estrategias y acciones para que exista una mayor inclusión financiera en Ecuador. Se han aliado con organismos multilaterales, entidades del sector público y la academia, han invertido en la expansión acelerada de los corresponsales no bancarios -CNB-, en sólidas y seguras plataformas y aplicaciones digitales, y además en desplegar importantes campañas y acciones de educación financiera.
Todos estos esfuerzos sobre inclusión financiera en el país se han visto reflejados en el último reporte del Global Findex 2021. Este informe, elaborado por Banco Mundial (BM), recoge información de 123 economías mundiales, entre ellas la ecuatoriana, sobre el acceso, el uso y la calidad de los servicios financieros de las personas mayores de 15 años.
Según el reporte del Banco Mundial con corte al 2021, el 64,2% de la población mayor a 15 años en Ecuador tiene una cuenta en las instituciones del sistema financiero formal: banco, cooperativa o mutualista. Este resultado representa un crecimiento de 13,3 puntos porcentuales desde la última medición en 2017, lo que convierte a Ecuador en el séptimo país con mayor porcentaje de población con una cuenta bancaria en América Latina y el Caribe. Aunque todavía está por debajo del promedio de América Latina, el incremento también obedece a los esfuerzos de los bancos privados en la ampliación, digitalización y creación de nuevos productos y servicios financieros que sean adecuados a la realidad de distintos segmentos de clientes.
Mientras que el 36% de la población del país todavía está excluida de una cuenta bancaria. Este indicador demuestra la necesidad de construir una estrategia nacional de inclusión y de educación financiera.
Los mayores beneficiados
Pero ¿quiénes son los que más se benefician de la inclusión financiera? según Global Findex 2021, son los segmentos poblacionales más vulnerables de Ecuador. Para ese año, el 59% de las personas mayores a 15 años que pertenecen al 40% más pobre de la población reportaron poseer una cuenta formal. En 2017, ese indicador alcanzaba el 33,4%.
“Una cuenta bancaria formal contribuye al acceso de servicios financieros complementarios que mitigan la pobreza y la desigualdad”, señala el libro Inclusión Financiera y Estabilidad: Cuestiones de política actuales (Alfred Hannig y Stefan Jansen, 2010).
Mientras que el boletín del Banco Mundial denominado “La COVID-19 impulsó la adopción de los servicios financieros digitales” señala que el incremento en el acceso a una cuenta bancaria crea nuevas oportunidades económicas, reduce la brecha de género y “genera resiliencia de los hogares para gestionar mejor las crisis financieras”.
Pese a estos avances, el informe de Global Findex 2021 alerta sobre retos de inclusión financiera: solamente el 15% de las mujeres en Ecuador tiene acceso a un crédito en el sistema financiero formal, esto representa un crecimiento de apenas 4 puntos porcentuales comparado con 2017 (11%). Mientras la participación de los hombres creció en 9 puntos porcentuales entre 2017 (23%) y 2021 (32%).
Más crédito
Tener una cuenta bancaria permite acceder a crédito formal. Precisamente, es uno de los requisitos que solicitan los bancos antes de entregar financiamiento. El país ha registrado un constante crecimiento en la entrega de créditos.
A septiembre de 2022, la cartera de crédito de la banca privada cerró en USD 37.639 millones, un 17,3% más (USD 5.545 millones más) que el mismo mes de 2021, según datos de la Superintendencia de Bancos.
Aunque existe un crecimiento sostenido en este indicador, hasta 2021, solo dos de cada 10 personas mayores de 15 años accedieron a un crédito formal en una institución financiera, según el Global Findex.
Que más personas accedan a un crédito formal es uno de los desafíos para combatir el financiamiento informal (chulco), el cual cobra una tasa de interés de 1.200% promedio anual, como lo muestra un estudio de Equifax (agosto, 2021). Por eso, un mayor acceso impulsa la economía del país a partir de los encadenamientos productivos que genera el financiamiento formal.
La inclusión financiera también es importante porque las personas que tienen una cuenta bancaria pueden acceder a otros servicios financieros, como el ahorro y los pagos.
Según la Superintendencia de Bancos, a septiembre de 2022, los depósitos de ahorros de la banca privada aumentaron un 6% respecto al mismo mes de 2021, al pasar de USD 10.446 millones a USD 11.072 millones. Eso refleja que los clientes han encontrado en los bancos un refugio seguro para sus ahorros, debido a su solidez, confianza y seguridad que les brinda.
Acceso a una tarjeta, otra forma de inclusión
El acceso a una tarjeta de crédito y débito es otra forma de inclusión financiera. Los datos del Global Findex señalan que la población ecuatoriana que reportó tener una tarjeta de crédito pasó de un 28% a 38% entre 2017 y 2021, mientras que, en ese mismo periodo, el acceso a una tarjeta de débito pasó del 9% al 15%.
Pero, por los bajos niveles de educación financiera, solo cuatro de cada 10 ecuatorianos con tarjeta de crédito realizan el pago mínimo de su estado de cuenta mensual, lo que podría ocasionar la acumulación de la deuda con el consiguiente riesgo de estabilidad en la situación económica familiar.
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Transformación digital, un aspecto clave de la inclusión financiera
Uno de los mecanismos que tienen los bancos ecuatorianos para ampliar la inclusión financiera es trabajar en una mayor digitalización de los servicios bancarios.
En el país hay mayor acceso a Internet y a dispositivos móviles inteligentes. Según el reporte “2022 Global Overview” de We are Social y Hootsuite, el número de personas con Internet en Ecuador se incrementó 65% entre 2012 y 2022, al pasar de 4,8 a 13,6 millones. Además, al 2022 existen 15,9 millones de celulares en el país.
Este crecimiento vertiginoso ha permitido que más personas accedan a servicios digitales en la banca, que han sido reforzados con importantes inversiones en innovaciones tecnológicas con el objetivo de ampliar las soluciones digitales.
Adicionalmente, los bancos realizan un gran trabajo en ampliar su cobertura a través Corresponsales no Bancarios (CNBs) a nivel nacional. De esta forma los usuarios pueden usar servicios financieros en las tiendas, farmacias, micro mercados o pequeños comercios en ubicaciones remotas en donde no existen agencias bancarias.
Del total de los 695 millones de transacciones en 2021, el 41,1%, o 285 millones, fueron por canales digitales (móvil e internet), seguido por el 37,1% por físicos (ventanilla y corresponsales no bancarios – CNB) y el 21,8% por canales remotos (cajeros), según el estudio.
Es así como, uno de los desafíos es fomentar, a nivel de todo el sistema financiero nacional, la implementación de tecnologías seguras, ágiles y eficientes que permitan responder de forma inmediata a los cambios del mercado, tal y como lo hicieron los bancos. Esto permitirá ampliar la inclusión, el acceso, uso y la calidad de los productos financieros.
Pese a los avances señalados anteriormente, todavía existen desafíos para seguir incrementando la inclusión financiera. Al respecto, se requiere el involucramiento articulado y sostenido de varios actores, como gobierno, sistema financiero público y privado, organizaciones de la sociedad civil, entre otros, con la finalidad de construir una estrategia nacional de educación financiera.
Una estrategia de educación financiera permitiría a la población aprender a manejar de mejor manera sus recursos y tomar decisiones financieras que les ayuden a alcanzar una mejor calidad de vida.
“La estabilidad financiera, tanto a nivel mundial como nacional, genera empleos y mejora la productividad. Da confianza a las personas para invertir y ahorrar. Los sistemas bancarios y mercados de capital sólidos permiten el flujo eficiente de fondos hacia usos más productivos, ayudan a los Gobiernos a recaudar capital de inversión, mantienen las redes de seguridad financiera y aceleran los pagos de manera segura a través de las fronteras”, dice el portal web del Banco Mundial.
El organismo multilateral señala que la estabilidad financiera se produce, por ejemplo, con buenos indicadores de solvencia y de liquidez.
Para entender la dimensión de las cifras es necesario conocer la definición de los dos indicadores analizados.
Según la Superintendencia de Bancos, la liquidez es la capacidad de poseer dinero en efectivo o activos que se transforman fácilmente en efectivo en el corto plazo. Si hablamos de instituciones financieras, la liquidez se evalúa por la capacidad de atender en el corto plazo, por ejemplo, los requerimientos de efectivo de sus depositantes en el tiempo en que lo soliciten.
Mientras tanto, la solvencia es la capacidad de una persona natural o jurídica para hacer frente a sus obligaciones de pago a medida que éstas llegan a su vencimiento en el largo plazo. En el caso de las instituciones financieras, es la capacidad para atender sus eventualidades y obligaciones -en el corto plazo- sin que se afecte su patrimonio. La solvencia se relaciona con la situación económica de una entidad, a diferencia de la liquidez que se refiere principalmente a la capacidad para el pronto pago, explica la Superintendencia de Bancos.
Estos dos indicadores son clave en la estabilidad bancaria. Según datos de la Superintendencia de Bancos, la liquidez de la banca privada cerró en 25,2% a agosto de 2022. Mientras que la solvencia llegó a 13,6%, superando el requerimiento legal mínimo del 9%.
Las cifras de la Superintendencia de Bancos señalan que la banca privada ecuatoriana mantiene buenos indicadores de liquidez y solvencia, pese al impacto de la pandemia.
Pese a la crisis…
Durante una exposición denominada “Resiliencia del sistema financiero de América Latina durante la pandemia”, el presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados, afirmó que esos indicadores estuvieron altos, especialmente porque el crédito en los países del continente “se mantuvo a flote y hubo un inédito rol contracíclico, con cambios regulatorios para renegociar préstamos y programas de garantías soberanas para sectores específicos que contribuyeron con este desempeño”.
Díaz-Granados destacó que la resiliencia “ha sido notoria” y los bancos continúan con liquidez y solvencia a pesar de la crisis sanitaria que desencadenó en problemas económicos.
Los buenos indicadores de solvencia y liquidez en Ecuador consolidan la confianza de los más de 7 millones de clientes del sistema bancario para ahorrar y guardar su dinero con seguridad, y son una muestra de que el sector bancario contribuye a la reactivación productiva y económica del país, pero siempre precautelando los recursos de los depositantes.
En Ecuador, la mayor participación en el monto transaccionado en 2021 se dio a través del canal físico ventanilla, que tuvo una participación del 39,8% (USD 108.656 millones) respecto a todos los canales habilitados para las transacciones bancarias.
Este canal sigue siendo el preferido para efectuar pagos y cobros, aunque redujo su participación en 15,2 puntos porcentuales frente a 2019, año prepandemia del coronavirus, según el último estudio de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), denominado “El avance de la banca digital en Ecuador” (Julio, 2022).
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La pérdida en participación de ventanilla se explica por el espacio que ganan los canales digitales de Internet y móvil, lo que beneficia la inclusión financiera.
Según el estudio, el canal Internet se vuelve cada vez más relevante en el monto transaccionado, alcanzando una participación de 38,5% en 2021, 5,6 puntos porcentuales más que los mismos registros de 2019.
El apalancamiento de los canales digitales representa un beneficio para el sistema financiero, para el Estado y para el ciudadano, pues el uso de estos medios es más ágil, seguro, eficiente y menos costoso.
Sin embargo, en Ecuador todavía predomina el uso de canales físicos y remotos (ventanilla y cajero) que implican uso de dinero en efectivo.
A tomar en cuenta
En una economía dolarizada, dice el estudio de la Asobanca, el uso de efectivo no solo tiene un costo mayor, sino que genera ineficiencias de costos para los usuarios, así como acarrea desafíos en materia de seguridad.
La conclusión ocurre pese a que el efectivo ha sido el medio -históricamente- preferido por los clientes en Sudamérica, aunque los avances de la tecnología han permitido a las instituciones financieras y a los estados ha reinventarse constantemente. Estos son los principales problemas que acarrea el uso de efectivo, según Asobancaria:
La pérdida de tiempo de una persona para conseguir dinero en efectivo en un cajero automático.
Dificultades para ahorrar a largo plazo, invertir en capital de trabajo y cotizar para la jubilación.
Costos financieros para las empresas: aceptar efectivo y cheques le cuesta USD 0,07 por dólar recibido en comparación con los USD 0,05 por dólar recaudado de fuentes digitales.
El incremento de riesgo de delitos, como fraude.
El uso de efectivo le genera ineficiencias al Estado porque incurre en costos asociados a la logística y seguridad de entregar el dinero en efectivo.
Expertos financieros de Ecuador también señalan que otro efecto negativo de usar dinero en efectivo es el costo para una entidad bancaria de trasladar dinero -por medio de un vehículo blindado- hasta una agencia bancaria: Y, ese proceso, puede ocasionar robos y otro tipo de inseguridades.
En tanto, el Banco Central del Ecuador reconoce los múltiples beneficios a los usuarios de usar canales electrónicos y medios de pagos digitales. Por un lado, brinda seguridad, pues el usuario no necesita acudir físicamente al banco o cooperativa portando billetes o monedas. Además, el uso de canales digitales garantiza que el pago o recepción de dinero llegue hasta la cuenta bancaria de destino.
Además, economiza tiempo, evita los traslados y las filas y las personas pueden usar los medios digitales a cualquier hora del día.
Fortalecimiento de la dolarización
Ante ese contexto, el estudio técnico de la Asobanca señala que el desincentivo de canales físicos (uso de efectivo) es clave para impulsar mayor seguridad, agilidad, menores costos y eficiencia para los usuarios. Todo eso está encaminado al fortalecimiento de la dolarización.
“En Ecuador, resulta crucial impulsar que personas y empresas transiten hacia la digitalización mediante la reducción de costos de transacción para medios de pago digitales (móviles e internet)”.
Asobanca
La tarea de transitar hacia la digitalización tiene sus desafíos. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) señala que el porcentaje de hogares con acceso a internet a escala nacional alcanzó el 53,2% en 2020, un 7,7% más que 2019.
El Banco Central señala que esta estadística refleja la urgencia de “cerrar la brecha de acceso a internet como primer paso para impulsar la transformación digital”.
Pero, el Banco Mundial advierte que el avance de la digitalización de los pagos bancarios no debe derivar en la exclusión de las poblaciones vulnerables, como los que no tienen acceso a la tecnología, los ancianos, los discapacitados y las personas que viven en zonas aisladas.
Por eso, la Asobanca recomienda la capacitación y el fomento de uso de medios de pagos digitales que permitan una mayor inclusión financiera.
La banca ecuatoriana está en sintonía con la urgencia de mitigar el cambio climático y por ello el sector comenzó a trazar su mapa de trabajo en sostenibilidad hace ya cinco años.
¿Qué han hecho los bancos privados?
Corría diciembre de 2016 cuando la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) firmó en las Islas Galápagos el Protocolo de Finanzas Sostenibles para comenzar a construir una estrategia de finanzas sostenibles para el sector. Al 2021 el sector bancario del Ecuador puede mostrar ya un camino recorrido con varias metas alcanzadas; una de las más importantes ha sido la firma en bloque del acuerdo de Principios de Banca Responsable, impulsado por la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente UNEP FI. Otro hito se marcó en 2019, cuando el sistema bancario del Ecuador fue el primero en el mundo en realizar una firma de adhesión a estos principios de manera conjunta. Con nueve bancos firmantes, Ecuador es además el país con la mayor cantidad de bancos privados adheridos a este acuerdo.
Esta infografía recoge los más importantes hitos de la banca privada del país hacia la sostenibilidad