Global Findex 2021: los resultados del trabajo de Ecuador por la inclusión financiera

La pandemia de la COVID-19 provocó, entre otras cosas, un retroceso de 10 años en los niveles de participación laboral de las mujeres en América Latina, de 12 años en la pobreza y de 20 años en la pobreza extrema (CEPAL, 2022), sin embargo, no todo fue negativo.

En otro ámbito, la pandemia se convirtió en el catalizador de una mayor inclusión financiera porque impulsó las transacciones digitales y la expansión de los servicios financieros formales a nivel global. Y, Ecuador no fue la excepción.

La inclusión financiera hace referencia al acceso a servicios financieros formales, como el crédito, el ahorro, los seguros y los servicios de pago y transferencias formales, y su uso por parte de hogares y empresas, bajo el marco de estabilidad financiera para el sistema y los usuarios, señala el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, por sus siglas en inglés) señala que la inclusión financiera está atada, además, a la calidad de los productos y servicios. Para la OECD, el proceso de promoción de un acceso asequible, oportuno y adecuado a una amplia gama de servicios y productos financieros regulados y la ampliación de su uso hacia todos los segmentos de la sociedad mediante la aplicación de enfoques innovadores hechos a la medida, incluyendo actividades de sensibilización y educación financiera con el objetivo de promover tanto el bienestar financiero como la inclusión económica y social.

Los bancos privados del país trabajan desde hace varios años en estrategias y acciones para que exista una mayor inclusión financiera en Ecuador.  Se han aliado con organismos multilaterales, entidades del sector público y la academia, han invertido en la expansión acelerada de los corresponsales no bancarios -CNB-, en sólidas y seguras plataformas y aplicaciones digitales, y además en desplegar importantes campañas y acciones de educación financiera.

Todos estos esfuerzos sobre inclusión financiera en el país se han visto reflejados en el último reporte del Global Findex 2021. Este informe, elaborado por Banco Mundial (BM), recoge información de 123 economías mundiales, entre ellas la ecuatoriana, sobre el acceso, el uso y la calidad de los servicios financieros de las personas mayores de 15 años.

Según el reporte del Banco Mundial con corte al 2021, el 64,2% de la población mayor a 15 años en Ecuador tiene una cuenta en las instituciones del sistema financiero formal: banco, cooperativa o mutualista. Este resultado representa un crecimiento de 13,3 puntos porcentuales desde la última medición en 2017, lo que convierte a Ecuador en el séptimo país con mayor porcentaje de población con una cuenta bancaria en América Latina y el Caribe. Aunque todavía está por debajo del promedio de América Latina, el incremento también obedece a los esfuerzos de los bancos privados en la ampliación, digitalización y creación de nuevos productos y servicios financieros que sean adecuados a la realidad de distintos segmentos de clientes.

Mientras que el 36% de la población del país todavía está excluida de una cuenta bancaria. Este indicador demuestra la necesidad de construir una estrategia nacional de inclusión y de educación financiera.

Los mayores beneficiados

Pero ¿quiénes son los que más se benefician de la inclusión financiera? según Global Findex 2021, son los segmentos poblacionales más vulnerables de Ecuador. Para ese año, el 59% de las personas mayores a 15 años que pertenecen al 40% más pobre de la población reportaron poseer una cuenta formal. En 2017, ese indicador alcanzaba el 33,4%.

 “Una cuenta bancaria formal contribuye al acceso de servicios financieros complementarios que mitigan la pobreza y la desigualdad”, señala el libro Inclusión Financiera y Estabilidad: Cuestiones de política actuales (Alfred Hannig y Stefan Jansen, 2010).

Mientras que el boletín del Banco Mundial denominado “La COVID-19 impulsó la adopción de los servicios financieros digitales” señala que el incremento en el acceso a una cuenta bancaria crea nuevas oportunidades económicas, reduce la brecha de género y “genera resiliencia de los hogares para gestionar mejor las crisis financieras”.

Pese a estos avances, el informe de Global Findex 2021 alerta sobre retos de inclusión financiera: solamente el 15% de las mujeres en Ecuador tiene acceso a un crédito en el sistema financiero formal, esto representa un crecimiento de apenas 4 puntos porcentuales comparado con 2017 (11%). Mientras la participación de los hombres creció en 9 puntos porcentuales entre 2017 (23%) y 2021 (32%).

Más crédito

Tener una cuenta bancaria permite acceder a crédito formal. Precisamente, es uno de los requisitos que solicitan los bancos antes de entregar financiamiento. El país ha registrado un constante crecimiento en la entrega de créditos.

A septiembre de 2022, la cartera de crédito de la banca privada cerró en USD 37.639 millones, un 17,3% más (USD 5.545 millones más) que el mismo mes de 2021, según datos de la Superintendencia de Bancos.

Aunque existe un crecimiento sostenido en este indicador, hasta 2021, solo dos de cada 10 personas mayores de 15 años accedieron a un crédito formal en una institución financiera, según el Global Findex.

Que más personas accedan a un crédito formal es uno de los desafíos para combatir el financiamiento informal (chulco), el cual cobra una tasa de interés de 1.200% promedio anual, como lo muestra un estudio de Equifax (agosto, 2021). Por eso, un mayor acceso impulsa la economía del país a partir de los encadenamientos productivos que genera el financiamiento formal.

La inclusión financiera también es importante porque las personas que tienen una cuenta bancaria pueden acceder a otros servicios financieros, como el ahorro y los pagos.

Según la Superintendencia de Bancos, a septiembre de 2022, los depósitos de ahorros de la banca privada aumentaron un 6% respecto al mismo mes de 2021, al pasar de USD 10.446 millones a USD 11.072 millones. Eso refleja que los clientes han encontrado en los bancos un refugio seguro para sus ahorros, debido a su solidez, confianza y seguridad que les brinda.

Acceso a una tarjeta, otra forma de inclusión

El acceso a una tarjeta de crédito y débito es otra forma de inclusión financiera. Los datos del Global Findex señalan que la población ecuatoriana que reportó tener una tarjeta de crédito pasó de un 28% a 38% entre 2017 y 2021, mientras que, en ese mismo periodo, el acceso a una tarjeta de débito pasó del 9% al 15%.

Pero, por los bajos niveles de educación financiera, solo cuatro de cada 10 ecuatorianos con tarjeta de crédito realizan el pago mínimo de su estado de cuenta mensual, lo que podría ocasionar la acumulación de la deuda con el consiguiente riesgo de estabilidad en la situación económica familiar.

Transformación digital, un aspecto clave de la inclusión financiera

Uno de los mecanismos que tienen los bancos ecuatorianos para ampliar la inclusión financiera es trabajar en una mayor digitalización de los servicios bancarios.

En el país hay mayor acceso a Internet y a dispositivos móviles inteligentes. Según el reporte “2022 Global Overview” de We are Social y Hootsuite, el número de personas con Internet en Ecuador se incrementó 65% entre 2012 y 2022, al pasar de 4,8 a 13,6 millones. Además, al 2022 existen 15,9 millones de celulares en el país.

Este crecimiento vertiginoso ha permitido que más personas accedan a servicios digitales en la banca, que han sido reforzados con importantes inversiones en innovaciones tecnológicas con el objetivo de ampliar las soluciones digitales.

Adicionalmente, los bancos realizan un gran trabajo en ampliar su cobertura a través Corresponsales no Bancarios (CNBs) a nivel nacional. De esta forma los usuarios pueden usar servicios financieros en las tiendas, farmacias, micro mercados o pequeños comercios en ubicaciones remotas en donde no existen agencias bancarias.

El trabajo en mejores servicios financieros fue reflejado en el estudioEl avance de la banca digital en Ecuador” (Asobanca, julio 2022), que determinó que la mayor cantidad de transacciones bancarias en 2021 ocurrió por medios digitales.

Del total de los 695 millones de transacciones en 2021, el 41,1%, o 285 millones, fueron por canales digitales (móvil e internet), seguido por el 37,1% por físicos (ventanilla y corresponsales no bancarios – CNB) y el 21,8% por canales remotos (cajeros), según el estudio.

Es así como, uno de los desafíos es fomentar, a nivel de todo el sistema financiero nacional, la implementación de tecnologías seguras, ágiles y eficientes que permitan responder de forma inmediata a los cambios del mercado, tal y como lo hicieron los bancos. Esto permitirá ampliar la inclusión, el acceso, uso y la calidad de los productos financieros.

Pese a los avances señalados anteriormente, todavía existen desafíos para seguir incrementando la inclusión financiera. Al respecto, se requiere el involucramiento articulado y sostenido de varios actores, como gobierno, sistema financiero público y privado, organizaciones de la sociedad civil, entre otros, con la finalidad de construir una estrategia nacional de educación financiera.

Una estrategia de educación financiera permitiría a la población aprender a manejar de mejor manera sus recursos y tomar decisiones financieras que les ayuden a alcanzar una mejor calidad de vida.

Por Wilmer Torres Peña